Una guía de salud mental

Cada año, muchas personas en todo
el mundo sufren catástrofes; ya sean naturales por ejemplo huracanes, tornados,
inundaciones, terremotos y calor extremo, como causadas por el hombre, por
ejemplo ataques terroristas. Si bien no es posible predecir cuándo y dónde
ocurrirán estas fuerzas destructivas, sí es posible aprender de cada catástrofe
y tomar ciertas medidas para salvaguardar nuestro bienestar físico y emocional.
¿Cuáles son las consideraciones
para personas mayores en tiempos de crisis?
Sin embargo, aunque los adultos
mayores muchas veces poseen la adaptabilidad y experiencia para pasar la
catástrofe, la tensión física puede pagarse muy caro. Cuando una catástrofe
golpea, los adultos mayores son los más expuestos a riesgos de enfermedades y
hasta de muerte. Los ancianos frágiles o aquéllos con limitaciones
psiquiátricas o médicas son especialmente vulnerables al estrés que causan las
catástrofes.
La pérdida de posesiones
valiosas, de los medios para moverse, de las propiedades como una casa y hasta
de la normalidad de la vida diaria puede resultar devastadora.
Los mayores son
más propensos que las personas más jóvenes a necesitar apoyo social para
reducir los efectos del estrés y para acentuar el bienestar emocional y la
recuperación. Es importante entender que algunos adultos mayores pueden estar
enfrentando la pérdida de seres queridos, más la pérdida de capacidades físicas
y posiblemente su independencia.
Planificaciones especiales
Los adultos mayores que necesitan
preparaciones especiales y planificación de respuesta temprana son aquéllos:
·
De edad
avanzada, o frágiles.
·
Que
poseen impedimentos cognitivos (por ejemplo demencia).
·
Que se
encuentran afectados por una enfermedad mental o una discapacidad crónica
debido a una enfermedad mental (p.ej. esquizofrenia, ansiedad, depresión).
·
De salud
física deteriorada, afectados por una condición médica complicada o movilidad
reducida.
·
Que
sufren impedimentos sensoriales (deterioro de la visión o audición)
·
Que no
poseen familiares o cuidadores cercanos o apoyo social local.
Quién es más vulnerable durante
una catástrofe?
Algunos factores que pueden
incrementar el riesgo de enfermedad en adultos mayores frente a una catástrofe:
·
Problemas
de visión o audición contribuyen a la ocurrencia de lesiones en entornos
desconocidos o al intentar sortear peligros.
·
Discapacidades
físicas y limitaciones en la movilidad (como el uso de una silla de ruedas)
pueden causar tardanzas o evitar una evacuación de emergencia.
·
Corte
eléctrico. Los adultos mayores son vulnerables a la hipotermia (temperatura
corporal por debajo de lo normal) e hipertermia (fiebre excepcionalmente alta)
frente a temperaturas extremas. Un corte del suministro eléctrico no permite el
funcionamiento del equipamiento médico necesario, como nebulizadores u
oxigenoterapia.
·
Imposibilidad
de acceder a los medicamentos prescriptos o tratamientos, como diálisis y
quimioterapia.
·
La
ausencia de miembros de su familia u otras personas de apoyo en su casa.
·
Barreras
para recibir ayuda financiera en catástrofes, por ejemplo procedimientos
complejos y renuencia a pedir ayuda.
·
Una mudanza
forzada puede causar estrés grave en mayores frágiles, acelerando su deterioro
o muerte.
En general, aquellos que
necesitan asistencia en sus actividades de la vida diaria (p.ej. caminar,
ducharse, comer, tomar medicinas) son más vulnerables a lesiones o enfermedades
durante o después de una catástrofe.
Aquellos en mayor riesgo de
sufrir consecuencias psiquiátricas negativas y de necesitar planificaciones
especiales de respuesta incluyen los mayores con impedimentos cognitivos, con
un historial de enfermedad mental grave o discapacidad crónica debido a una
enfermedad mental, y aquellos cuya salud física está deteriorada.
¿Cuáles son las consideraciones
para personas mayores que sufren impedimentos cognitivos?
Durante una crisis, algunos
adultos mayores son vulnerables a impedimentos cognitivos: la habilidad para
pensar, recordar y tomar decisiones.
En aquellos que ya sufren
impedimentos cognitivos aún el menor estrés puede causar problemas.
Disrupciones de la rutina diaria pueden desorientar a una persona con demencia
que se encuentra estable bajo condiciones normales. Los mayores con
impedimentos cognitivos que se sobre estimulan en una situación nueva o que no
tienen todas sus necesidades cubiertas pueden sufrir un brote emocional o
temperametal.
Las crisis pueden abrumarlos o
crear estrés porque la situación está fuera del entendimiento o el control de
la persona. Durante o después de una catástrofe, los cuidadores de las personas
con impedimentos cognitivos pueden no estar disponibles para brindar apoyo y
cuidados, y el riesgo de que se extravíe deambulando aumenta si la persona se
irrita, agita o se enfrenta a una situación de estrés.
Los cuidadores deben ser
conscientes de que una persona con demencia puede formar memorias nuevas cuando
vive una experiencia traumática, a pesar de que típicamente no recuerdan
eventos recientes. Esto se observó en estudios sobre adultos
mayores que vivieron la catástrofe del 11 de septiembre en New York y el terremoto
de Kobe en Japón, en 1995.
¿Cómo pueden los cuidadores y las
personas mayores prepararse para una catástrofe?
Aunque no podemos saber cuando
ocurrirá una catástrofe, los adultos mayores y sus familias pueden planificar
anticipándose a una posible emergencia. Estar preparado puede ayudar a reducir
la ansiedad y adversidad.
·
La Cruz
Roja Americana recomienda que los adultos mayores establezcan una red
personal de ayuda de al menos tres miembros de la familia, amigos o
vecinos que los controlarán en una emergencia. Se deben realizar los
arreglos antes de la emergencia. Intercambien llaves y muestren en dónde
guardan sus provisiones de emergencia. Compartan copias de documentos relevantes
sobre emergencias e información de salud. Los adultos mayores y su red de ayuda
deben mantenerse notificados entre ellos acerca de viajes fuera de la
ciudad y la vuelta a casa. Guarde una lista de estas personas con su
información de contacto.
·
Considere
hacer pagos electrónicos de los beneficios federales, como
pagos del Seguro Social. Las catástrofes pueden interrumpir la entrega del
correo. Se puede hacer un depósito directo a una cuenta corriente o a una caja
de ahorro, o a una tarjeta de débito para pagar los beneficios federales.
·
Si
necesita medicinas o sigue un tratamiento médico asegúrese
de tener disponible una provisión para al menos dos semanas. Guarde una lista
de medicinas de venta con receta que incluya la dosis, el tratamiento, e información
sobre alergias a alimentos o medicamentos. Hable con su farmacéutico o
médico para saber que otras cosas debe preparar.
·
Si
recibe tratamientos de rutina que se administran en la clínica
o el hospital, o si recibe servicios regularmente como atención médica en su
domicilio, tratamientos o transporte, hable con su proveedor de estos servicios
acerca de sus planes por emergencias. Trabaje junto a ellos para
identificar proveedores suplentes e incorpórelos a su red de ayuda personal.
·
Considere
otras necesidades personales como lentes, audífonos y sus
baterías, baterías para sillas de ruedas y oxígeno. (Vea "Kit Básico
de Provisiones para Catástrofes" en la página 11).
·
Guarde
documentos importantes en su kit de provisiones, como registros de la familia,
registros médicos, testamentos, escrituras, números del Seguro Social,
información sobre tarjetas de crédito y cuentas bancarias, registros fiscales,
seguro médico y tarjetas de Medicare, una lista de aparatos médicos u otros
dispositivos de soporte vital junto con sus números de serie y tipo. Que los
demás miembros de su red de ayuda guarden copias adicionales de estos
registros. (Vea "Documentos para Guardar antes de una
Catástrofe" en la página 12).
·
Si usted
tiene un impedimento comunicacional como problemas de audición
o hablar, anote en sus documentos de emergencia, cartera y bolso, la mejor
manera de comunicarse con usted por temas de información de emergencia.
¿Cuáles son los pasos a seguir si
nos golpea una catástrofe?
De ser posible, los adultos
mayores deberán quedarse junto a su familia y sus mascotas.
Deje a los mayores frágiles en
compañía de un miembro de la familia, compañero o cuidador.
Si usted se encuentra con un
mayor durante la catástrofe, transmita una sensación de seguridad y calma, y un
sentimiento de conexión y esperanza. Dele información y ofrézcale consuelo.
¿Qué pueden hacer los cuidadores
durante el período inmediato y de recuperación luego de una catástrofe?
Si usted está al cuidado de un
mayor después de una catástrofe continúe brindándole información y tranquilidad
de que el ambiente es seguro.
Proteja a la persona mayor y su
salud y necesidades de salud mental. En el período inmediato después, los
adultos mayores son poco propensos a reportar problemas de salud mental.
Conozca los signos de depresión y ansiedad, y vea a un trabajador de la salud
si usted o alguien a su cuidado están sufriendo.
Ayude a los adultos mayores a
expresar sus sentimientos. Durante la fase de reconstrucción después de una
catástrofe, las personas mayores pueden sentir frustración debido a una
recuperación compleja, y pueden sentirse apáticos o deprimidos. Conmemoraciones
por el aniversario de la catástrofe pueden resultar de ayuda, al ser
oportunidades para expresar sentimientos.
Busque ayuda financiera. Los
adultos mayores a veces rehúsan ofertas de ayuda. Buscar ayuda financiera del
gobierno o de agentes de socorro puede resultar confuso y agobiante.
Recopile información sobre
recursos a su disposición. Si un miembro mayor de la familia se mudó y
está viviendo ahora con su familia o amigos, ellos deben aprender lo mayor posible
acerca de los servicios de salud y otros servicios que ya se le han provisto en
el pasado o que se le deben proveer en un futuro.
¿Qué tipo de ayuda pueden brindar
los adultos mayores en tiempos de catástrofes?
Durante una catástrofe, no todos
los adultos mayores caen en la categoría de los que necesitan ayuda, y muchos
pueden proveer tan necesitada asistencia. Muchos adultos mayores ya ofrecen su
tiempo y experiencia como voluntarios, y muchos ya están familiarizados con los
recursos de su comunidad. Si usted desea brindar ayuda, diríjase a su
gobierno local, hospitales, organizaciones religiosas y división de la Cruz
Roja para saber en dónde pueden necesitarlo.
Después de la Catástrofe
Una vez pasado el peor peligro,
los cuidadores y la familia pueden ayudar de las siguientes formas:
·
Restablezca
los sentimientos de protección, estabilidad y seguridad de la persona mayor.
·
Reúna a
la persona mayor con su familia o cuidador y restablezca los vínculos sociales.
·
Obtenga
ayuda financiera.
·
Reconecte
a la persona mayor con su proveedor de salud y/o de salud mental si es
necesario, y restablezca los regímenes de medicamentos.
·
De ser
posible, regrese a la casa de la persona mayor, o si es necesario reubicarse a
una residencia apta, que sea idealmente en un ambiente conocido con familiares,
amigos o allegados.
·
Recupere
las posesiones físicas, haga visitas a su casa frecuentemente, y haga arreglos
para que tenga compañía.
Los Signos de Angustia Psicológica
Después de una Catástrofe
·
Retraimiento.
·
Apatía
(falta de emoción o interés).
·
Agitación.
·
Enojo.
·
Irritabilidad.
·
Recelo.
·
Desorientación.
·
Confusión.
·
Pérdida
de la memoria.
·
Deterioro
físico acelerado.
·
Aumento
de síntomas físicos que parecen no tener razones médicas.
·
Estrés
por mudanza (la angustia y desorientación que produce ser evacuado).
·
Trastornos
del sueño.
·
Sentimientos
de aislamiento de familiares y patrones conocidos de la vida.
· Regresiones
(funcionamiento en un nivel menor al que corresponde, o comportamientos
infantiles como succionar un dedo).
Recuperación: Consejos para los
Adultos Mayores y los Miembros de la Familia
·
Permita
un tiempo de pena y curación. No espere una recuperación para un momento
determinado.
·
Hable
abiertamente acerca de sus sentimientos de miedo, ansiedad, irritabilidad u
otras reacciones emocionales inesperadas.
·
Pida
ayuda financiera, emocional o médica si lo necesita.
·
Tómese
tiempo de relajación.
·
De ser
posible, participe en planes de recuperación.
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