domingo, 17 de noviembre de 2013

Primeros Auxilios Psicológicos



INTERVENCIÓN EN URGENCIAS, EMERGENCIAS Y DESASTRES
Los primeros auxilios psicológicos se refieren a la intervención psicológica en el momento de Crisis, entendiéndose como una ayuda breve e inmediata de apoyo y rescate a la persona para reestablecer su estabilidad emocional y facilitarle las condiciones de un continuo equilibrio personal. (Gómez, 1994).


La técnica de los Primeros Auxilios Psicológicos en casos de catástrofes fue preparada por la Asociación de Psiquiatría Americana (APA), su traducción adaptación la realizo el Dr. Baltasar Caravedo y publicado por la revista militar del Perú en 1972, sus principios continúan vigentes motivo por el cual lo presentamos en esta publicación como una técnica aleatoria o de reforzamiento a la de la primera ayuda.

Cuatro Tipos de Reacciones Frente a los Desastres:

El manual de la APA menciona que básicamente se pueden presentar cuatro tipos de respuestas individuales a los desastres:

 A) Reacciones normales a los desastres.-
Algunas personas son capaces de mantenerse notablemente calmadas aún en las circunstancias más extremas; sin embargo, la mayoría de nosotros empezamos a sentir los efectos del Síndrome General de Adaptación (sudoración profusa, temblores, debilidad, estados nauseosos) por un momento y la claridad del pensamiento puede ser difícil. Afortunadamente muchos de nosotros podemos recuperar nuestra compostura bastante bien. Sería engañoso clasificar como anormales estos estados naturales y transitorios.

 B) Reacciones paralizantes.-
Se puede esperar también encontrar personas que por un tiempo se queden paralizadas, pueden quedarse paradas o sentadas en medio del caos, como si estuvieran solas en el mundo, su mirada estará perdida, cuando se les habla no podrán responder a todo o simplemente se encogerán de hombros o pronunciarán una o dos palabras, parecen libres de reacción emocional, son incapaces de ayudarse.

C) Reacciones hiperactivas.-
Estas personas pueden estallar en ráfagas de actividad, sin un propósito definido, hablarán rápidamente, bromearán en forma inadecuada y harán sugerencias y demandas inaceptables, pero de poco valor real, pasarán de un trabajo a otro y parecerán incapaces de resistir la más mínima distracción, se muestran intolerantes a cualquier idea que no sea la suya.  

D) Reacciones corporales.-
Algunas reacciones corporales han sido ya mencionadas como respuestas temporalmente normales, aunque estos síntomas normales son algo molestos mientras dura, generalmente no interfieren seriamente con la habilidad de la persona para llevar adelante una actividad constructiva en una situación difícil, algunas de estas reacciones, especialmente la debilidad, el temblor, el llanto, pueden no aparecer hasta después de que una persona ha enfrentado y superado efectivamente el peligro inmediato.

Las reacciones corporales mas serias pueden sin embargo incapacitar verdaderamente y es importante reconocer su significado emocional, las náuseas y el vómito son particularmente comunes, estas reacciones se deben de diferenciar de las producidas por radiaciones o contaminaciones químicas.


Otro tipo de incapacidad física es lo que técnicamente llamamos “histeria de conversión”, la persona convierte su gran ansiedad en una creencia vehemente de que alguna parte de su cuerpo ha dejado de funcionar, para todos los propósitos prácticos pueden ser incapaz de ver, oír o hablar.


Cuatro Principios Básicos de los Primeros Auxilios Psicológicos:
 
A) Acepte el derecho de toda persona a tener sus propios sentimientos.-
No culpe o ridiculice a una persona por sentirse como lo hace, su tarea es ayudarle a superar su sentimiento, no decirle como debe sentirse. Si usted se detiene a pensar en sus propios sentimientos, se dará cuenta de cómo es imposible para los seres humanos el hacer una selección consciente de sus sentimientos más profundos.

B) Acepte las limitaciones del accidentado como reales.-
Cuando el muslo de un hombre esta destrozado, nadie espera (incluyendo el paciente) que pueda caminar por un tiempo. Cuando la capacidad del hombre para superar sus sentimientos está hecha pedazos, muchos (incluyendo el paciente) se inclinan a esperar que él vuelva a actuar normalmente, casi de inmediato. “Todo está en su mente”, “Deshágase de ello”, “Recupérese”. Tales tipos de consejos no tienen lugar en los primeros auxilios psicológicos, los sentimientos de incompetencia son reales y a menudo incapacitantes; por ello su tarea será ayudarlos a recuperarse tan efectivamente y rápidamente como puedan, esto se consigue aceptando sus limitaciones y ayudándolos a redescubrir rápidamente algunos de los recursos que ellos pueden utilizar de inmediato.

C) Mida las posibilidades del accidentado en forma tan exacta y rápida como sea posible.-
Mientras usted se da cuenta de las limitaciones de una persona perturbada, usted estará atento de las habilidades y otros recursos que pueda utilizar y reavivar, una persona muy trastornada puede fácilmente hacerle olvidar que podría ser de verdadera ayuda para usted tanto como para sí mismo y que usted puede ayudarlo a iniciar el camino hacia la reorganización de su mundo. Averigüe con tacto que fue lo que sucedió, permítale responder de su propio modo.

D) Acepte sus limitaciones al ayudar a otras personas.-
No trate de ser todo para las personas, habrá mucho de lo que usted quisiera hacer en un desastre y que está mas allá de sus de sus fuerzas y habilidades. Usted no puede ser de todo para todas las victimas. Consecuentemente, usted debe establecer un orden de prioridades en su pensamiento, acerca de lo que puede permitirse acometer por sí mismo.

OBJETIVOS DE LOS PRIMEROS AUXILIOS PSICOLÓGICOS
- Alivio en lo inmediato de los síntomas de reacción.

- Restauración de un nivel de funcionamiento CASIC mínimo: (Cognitivo, Afectivo y Somático, Interpersonal y Conductual).

- Cierta comprensión de los eventos precipitantes relevantes que condujeron al desequilibrio.
- Identificación de los recursos de ayuda y rescate que se pueden utilizar: Personales, familia, profesionales, comunidad, etcétera.
- Iniciar nuevas formas de Percibir, Pensar y Sentir lo hasta ahora sucedido.
- Desarrollar habilidades de afrontamiento efectivo, autoestima, asertividad y solución de conflictos.
- Dar seguimiento a la intervención o asegurar su atención especializada posteriormente.


Clasificación de las Victimas en Situaciones de Desastres:

Los autores tratan de aclarar este dilema clasificando a las víctimas en seis ampliar categorías, dependiendo de su relación directa o indirecta con el desastre, de esta manera tenemos los siguientes:

- Víctima de 1° Grado; aquellas que sufren el impacto directo del desastre.
- Victima de 2° Grado; los familiares directos de las de primer grado.
- Victima de 3° Grado; los integrantes de los equipos de primeras respuestas.
- Victima de 4° Grado; la comunidad envuelta en el desastre.
- Victima de 5° Grado; aquellas que se ven implicada por conocer el suceso.
- Victima de 6° Grado; aquellas que no se encontraban en el lugar del impacto del desastre por motivo de viaje.



COMPONENTES ESTRATÉGICOS DE LOS PRIMEROS AUXILIOS PSICOLÓGICOS
1. Realizar Contacto Psicológico 

Se define este primer contacto como empatía o “sintonización” con los sentimientos y necesidades de una persona durante su crisis.

La tarea es escuchar cómo la persona en crisis visualiza la situación y se comunica con nosotros. Así mismo, se invita a la persona a hablar, y a escucharse, sobre lo sucedido (los hechos) y dar cuenta de sus reacciones (sentimientos y actitudes) ante el acontecimiento, estableciendo lineamientos reflexivos y sentimientos encontrados.
Existen varios objetivos del primer contacto psicológico; el primero es que la persona sienta que se le escucha, acepta, entiende y apoya; lo que a su vez conduce a una disminución en la intensidad de sus ansiedades; el primer contacto psicológico puede servir para reducir el dolor de estar solo durante una crisis, pero en realidad se dirige a algo más que esto.
2. Analizar las Dimensiones del Problema 

La indagación se enfoca a tres áreas: a) presente b) pasado inmediato y c) futuro inmediato. El presente hace referencias a “qué sucedió, cómo te sientes, qué piensas, qué puedes hacer. El pasado inmediato remite a los acontecimientos que condujeron al estado de crisis y su indagación implica preguntas como: “quién, qué, dónde, cuándo, cómo”; El futuro inmediato se enfoca hacia cuáles son los eventuales riesgos para la persona, y prepararse para las soluciones inmediatas.

3. Buscar Posibles Soluciones

Implica la identificación de un rango de soluciones alternativas tanto para las necesidades inmediatas, como para las que pueden dejarse para después. Esto implica llevar o “acompañar” a la persona en crisis a generar alternativas, seguido de otras posibilidades. Una segunda cuestión es la importancia de analizar los obstáculos para la ejecución de un plan en particular.

4. Iniciar Pasos Concretos

Implica ayudar a la persona a ejecutar alguna acción concreta. El objetivo es en realidad muy limitado: no es más que dar el mejor paso próximo, dada la situación. El interventor tomará un actitud facilitadora o directiva, según las circunstancias, en la ayuda al paciente para tratar con la crisis.

5. Verificar el Progreso

Implica el extraer información y establecer un procedimiento que permite el seguimiento para verificar el progreso de ayuda.

El seguimiento puede suceder mediante un encuentro posterior, cara a cara o por teléfono o correo electrónico. El objetivo es ante todo completar el circuito de retroalimentación o determinar si se lograron o no las metas de los Primeros Auxilios Psicológicos: el suministro de apoyo, reducción de la mortalidad y cumplimiento del enlace con fuentes de apoyo.
Qué hacer y Qué No hacer durante la intervención en crisis:

A) Que hacer:

- Desarrollar el sentido de escucha-responsable. Escuchar atentamente, sintetizando brevemente los sentimientos del afectado. Hágalo sentir que usted lo entiende y comprende por lo que esta pasando, esto es la empatía.
- Ser cortés, honesto y transparente; ganarse la confianza y cooperación del afectado.
- Ser realista y objetivo.
- Favorecer la dignidad y libertad para que las víctimas trabajen en sus problemas.
- Favorecer la confianza y seguridad.
- Estar alerta sobre las oportunidades de dar énfasis a las cualidades y fuerzas de la persona.
- Aceptar el derecho de los afectados de sentirse así.
- Realice preguntas saludables y efectivas.
- Pida una retroalimentación para ver si está usted comprendiendo.

B) Reglas del NO:

- No ofrecer algo que no pueda cumplir.
- No le tenga miedo al silencio, ofrezca tiempo para pensar y sentir.
- No se sienta inútil o frustrado. Usted es importante y lo que está haciendo vale la pena.
- No muestre ansiedad ya que ésta puede ser fácilmente transmitida a los afectados.
- No ofrezca respuesta, más bien facilite la reflexión.
- No permita que el enojo u hostilidad de la persona lo afecte.
- No los presione a hablar de Dios, sea comprensivo con las creencias religiosas.
- No tenga miedo de admitir que el afectado necesita más ayuda de la que usted le pueda brindar. Puede referirlo a profesionales especializados (Psicólogos)
- No permita que las personas se concentren únicamente en los aspectos negativos de la situación.
- No muestre demasiada lástima o paternalismo. Tampoco se exprese de manera autoritaria o impositiva. Busque un punto intermedio entre estas dos posiciones.
- No espere que la victima funcione normalmente de inmediato.
- No confronte a una persona en crisis si este se va asentir amenazado.
- No insista con preguntas más allá del punto en que la persona no desea hablar.
- No trate de interpretar las motivaciones ocultas de un comportamiento.
- No moralice o sermonee.
- No intente progresar demasiado rápido en el proceso de intervención en crisis.
- No considere de manera superficial las amenazas de suicidio u homicidio.
- No aliente a alguien a hacer algo que en realidad no quiere hacer.

A CONTINUACIÓN UNA PRESENTACIÓN DE UN VIDEO A CERCA DE UNA TÉCNICA DE INTERVENCIÓN EN CRISIS PARA DOLOR DE AGUDO.

Para casos de dolor agudo, se requiere la apliación oportuna de tecnicas de control ejem. (T. mediante la acción directivo - sugestiva-persuasiva DSP) En casos de dolor nivel 8-9-10, las medidas a tomar deben complementar y potenciar la acción medicamentosa, para evitar el sufrimiento traumático del usuario. Usuarios con dolor 9-10 suelen padecer episodios de pánico al percibir el inicio de la sensacion nociceptora, lo que puede provocar un fenómeno de amplificacion en la sensación del dolor.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

CUIDADO DE LA SALUD MENTAL EN EQUIPOS DE PRIMERA RESPUESTA



Los accidentes, desastres y catástrofes se presentan con mayor frecuencia cada día, producto del crecimiento desproporcionado de las ciudades y la falta de una planificación urbana adecuada y acorde con las necesidades actuales. En este sentido cada día se hace mas común la aparición de peligros conocidos como “Natech” (natural tecnological disaster) que son desastres tecnológicos desencadenados por desastres naturales por ejemplo.

A partir de este crecimiento demográfico, comercial, industrial y la incorporación de importantes obras de infraestructura públicas, ha significado una serie de esfuerzos orientados a mejorar la respuesta de los servicios de emergencia de nuestro país. Sin embargo, este esfuerzo de grandes proporciones sólo se ha generado a partir de las instituciones que realizan la labor de salvar vidas y bienes, dejando un importante vació en muchas áreas del apoyo al servicio, y la salud mental de los equipo de primera respuesta es una situación compleja que no se ha tratado con la importancia adecuada.

Cuando ocurre un evento con características de desastre, se menciona con frecuencia la cantidad de víctimas, las causas del evento, las infraestructura perdida y el impacto psicológico de las víctimas y las personas expuestas a este desastre, pero que pasa con los encargados de dar respuesta y ayuda a estas personas?. Se transforman en otro tipo de víctima, de carácter silenciosa y que muchas veces no reconocen que también son vulnerables, ejerciendo un impacto de repercusiones importantes sobre la salud física y mental de los integrantes de los equipos de respuesta.


Lifton (1967) fue uno de los primeros investigadores que trato sobre el deterioro psicológico de los equipos de rescate; en 1984 la Federal Emergency Management Agency (FEMA), conjuntamente con el Nacional Institute of Mental Health (NIMH) de los EU, empezaron a preocuparse por el impacto psicosocial de los desastres en los equipo de respuesta (bomberos, policías, paramédicos, etc.); dicho impacto incluye términos como Incidente Crítico en Stress, y Síndrome de Stress Post Traumático, de este modo los integrantes de los equipos de respuesta son las víctimas ocultas del desastre.
 
El stress puede ser definido como la respuesta fisiológica, psicológica y de comportamiento de un sujeto que busca adaptarse y reajustarse a presiones tanto internas como externas, el stress no es una enfermedad pero si puede causar en el ser humano desde ligeros desordenes psicosomáticos hasta la misma muerte.

El estado de alarma es el primero y el más importante, se presenta cuando suena la llamada selectiva de la central de alarma, en este momento se activa el sistema del stress en todo nuestro organismo, es un estado de movilización generalizado de todas nuestras reservas de energía. Uno de los primeros cambios es el incremento en la secreción de la hormona adenocorticotrofina (ACTH) por parte de la glándula pituitaria que se encuentra en la base del cerebro, la cual actúa sobre las glándulas suprarenales, motivando la segregación de la Adrenalina, responsable del estado de máxima alerta de todo nuestro organismo, provocando la liberación de las reservas de glucosa, ácidos grasos libres, hidrocordicoides, esteroides, etc. Como consecuencia de este estado de alarma, aumenta la frecuencia cardiaca y la tensión arterial, la frecuencia respiratoria, la tensión muscular, la transpiración, la liberación de factores coagulantes de la sangre, la redistribución de la sangre a favor del cerebro y de los músculos y por consiguientes la disminución del ritmo digestivo.

Cuando el stress no es efímero como el trabajo en desastres o en emergencias que demandan la permanencia en el lugar de las operaciones por varias horas o días, tienden a aparecer en el organismo los CORTICOIDES que van a favorecer el aumento de los azúcares en la sangre, el colesterol, la presión arterial, se debilitan las defensas inmunitarias, se favorece la osteoporosis, la atrofia muscular y la retención del agua y el sodio en el riñón.

Existe un limitado volumen de energía adaptativa disponible y concentrarla en una sola demanda aumenta en forma creciente nuestra vulnerabilidad a otras demandas, en especial si se tiene en cuenta que el STRESS ES DE CARÁCTER ACUMULATIVO, es decir que si no se hace nada para eliminarlo los residuos bioquímicos y la tensión emocional que causan ciertos eventos, estos van a mermar nuestra capacidad de respuesta ante otros eventos o demandas.

El estado final es el agotamiento, el stress prolongado va dejando cicatrices bioquímicas indelebles que nos predisponen a las enfermedades, a las infecciones, el envejecimiento y la muerte. En el contexto operativo estamos hablando de la disminución significativa del desempeño y por ende de la eficiencia y eficacia, haciéndonos proclives a cometer errores que en los integrantes de los equipos de respuesta pueden llegar a ser fatales.


La modalidad de trabajo de los Cuerpos de Bomberos, se caracteriza por sus intervenciones en eventos traumáticos, al respecto la Asociación Psiquiátrica Americana (1987) define a un evento traumático a cualquier circunstancia psicológicamente estresante que está fuera de las experiencias humanas normales. Estos eventos traumáticos incluyen a los incidentes críticos en stress, los cuales pueden tener consecuencias serias desde el punto de vista de la salud mental si no son tratados oportuna y adecuadamente.

Davis Michael (1996) define al Incidente Crítico como la situación que experimentan los trabajadores de emergencias que enfrentan un trauma repentino y específico como puede se la falla en la misión, la presencia de excesivo sufrimiento humano, situaciones amenazantes para la integridad física de los equipos de respuesta, la perdida de compañeros de equipo, o presenciar su accidente o heridas.

El National Institute of Mental Health (1985) describe las diversas manifestaciones psicofisiológicas que experimentan los integrantes de los equipos de respuesta en situaciones de desastre, haciendo mención a tres fases:

En primer lugar se hace mención a una Fase de alarma, que comprende desde la alarma inicial, el período de adaptación psicológica, y la información sobre lo acontecido. Pueden presentarse manifestaciones en el área física, cognitiva, emocional y conductual.



La segunda Fase se denomina de Intervención y se presentan las siguientes manifestaciones.
Físicas:
·         Incremento en la respiración.
·         Náuseas.
·         Sudor frío, piel húmeda.
·         Oídos tapados.
·         Dolor de Cabeza.
·         Estrechamiento del campo visual.
·         Dolor muscular.
·         Fatiga. 

Cognitiva:
·         Problemas de Memoria.
·         Desorientación.
·         Dificultad para el Cálculo.
·         Dificultad para la concentración.
·         Pérdida de objetividad.
·         Lentitud o dificultad en la comprensión.
·         Pérdida de las habilidades para conceptualizar o priorizar tareas.

Emocional:
·         Gran sentimiento de heroísmo e invulnerabilidad.
·         Ansiedad, temor.
·         Euforia.
·         Fuerte identificación con las víctimas.
·         Sentimiento de Culpa.
·         Irritabilidad, hiperactividad.
·         Tristeza, melancolía, depresión, mal humor.
·         Apatía.
·         Excesiva inquietud sobre la seguridad de otros.

Conductual:
·         Inhabilidad para expresar sentimientos verbales.
·         Hiperactividad sin un propósito específico.
·         Decreciente eficiencia y eficacia en las actividades.
·         Estallidos de cólera.
·         Incremento en el uso del alcohol, tabaco y otras drogas.
·         Retraimiento Social.

La tercera Fase es la de Término, y comprende la desmovilización en la cual los trabajos de urgencia ya han sido realizados, la calma retorna paulatinamente y los equipos de respuesta empiezan a ser relevados. En esta fase se puede observar las siguientes manifestaciones:

  • Dificultad emocional para aceptar el término de las operaciones, deseo de seguir trabajando.
  • Melancolía, depresión.
  • Inquietud, disgusto o aburrimiento ante el trabajo rutinario.
  • Sentimientos de extrañamiento por el trabajo en el desastre.
  • Sentimientos de extrañamiento por la familia.
  • Sentimientos de cólera o frustración.
  • Necesidad de hablar, contar y repetir las vivencias del desastre.
  • Conflicto con los compañeros que no participaron en las operaciones del desastre.
  • Conflicto con la familia, esta puede estar enojada por su ausencia prolongada.



Cada trabajo realizado en las emergencias, sea de corta o larga duración conlleva un impacto emocional y producen situaciones conocidas como stress agudo o post-traumático. Estos conceptos incluyen lo que anteriormente se conocía como “reacción de crisis aguda”, “fatiga de combate”, “Shock psíquico”, entre otros; estas alteraciones provocan malestar clínico, significativo o deterioro social laboral.

Entre los factores que afectan los equipos de respuesta, se encuentran los de carácter individual, interpersonales como las responsabilidades laborales en el caso de los Bomberos Voluntarios, que generan situaciones de conflicto, por querer participar en las labores de emergencia y las limitaciones de sus trabajos, por otro lado la presión por parte de la familia para que se cumpla con las responsabilidades familiares en especial si se tienen hijos pequeños, recién nacidos o familiares enfermos. Factores comunitarios como la presencia de personas conocidas o familiares entre las víctimas. Factores propios del desastre. Todos estos contribuyen a aumentar la presión emocional sobre los equipo de respuesta.

Ahora, que se esta haciendo y que estamos haciendo para minimizar el daño en la salud mental de los voluntarios que acuden a las emergencias?. Se hace difícil si no contamos con los instrumentos y recursos necesarios para enfrentar el problema. Sin un apoyo gubernamental necesario (de carácter legal) que proteja adecuadamente la salud física y mental de los voluntarios de Bomberos, seguiremos sufriendo los efectos emocionales de la intervención de diferentes emergencias.

Sólo nos queda prepararnos e instruirnos adecuadamente para prevenir y mitigar en la medida de lo posible estos factores, salvaguardando el recurso más valioso que puede tener una institución y toda sociedad: los hombres y mujeres que constituyen el elemento básico para que la organización pueda lograr sus objetivos. La eminente dignidad de la persona humana nunca debe perderse en el proceso de alcanzar los objetivos de una Institución. Sólo mediante una cuidadosa atención a las necesidades humanas puede crecer y prosperar cualquier organización.

Los equipos de primera respuesta, son víctimas ocultas en las emergencias y desastres, y pueden manifestar una serie de reacciones físicas, emocionales, cognitivas, conductuales y de cambio de vida ante el estrés que estos eventos les causan.


El tipo de trabajo que realizan y que les exige tiempo, riesgo y exposición a situaciones impactantes, los afecta de una u otra forma en su salud bio-psico-social.

El presente trabajo muestra la afectación en la salud bio-psico-social de las víctimas ocultas de los incidentes impactantes como el de Mesa Redonda. La muestra, objeto de nuestro estudio, estuvo integrada por profesionales y personal de salud que han sido capacitados para intervenir en actividades de emergencias y desastres, y que intervinieron en el incendio de Mesa Redonda ocurrido el 29 de Diciembre del año 2000, como equipo de primera respuesta.

A pesar de su entrenamiento y su experiencia en emergencia y desastres, los resultados nos indican que la mayoría fue afectada en su salud mental y física, y de una u otra forma, en su vida por el incidente de Mesa Redonda y otros eventos similares, y que el 73% piensa que ha superado el estrés causado por este incidente, compartiendo sus vivencias con familiares, compañeros y otros, con ayuda profesional, con el apoyo de la religión, deportes, actividades recreativas o por fuerza de voluntad. Situación que nos confirma la importancia de contar con redes de apoyo emocional y técnicas de manejo del estrés. Sin embargo, el 27% de ellos dice que no lo ha superado o no precisa, situación que nos hace pensar que estas personas estarían presentando reacciones de estrés postraumático que estaría afectando su desenvolvimiento laboral, social y/o familiar y que requerirían de ayuda profesional especializada. Más aún, esto lo encontramos en las personas que han participado en diversos eventos similares, lo que nos daría el dato de que el hecho de participar en más emergencias y desastres los hace más vulnerables.



El grupo fue afectado por sensaciones físicas, emocionales, cognitivas. comportamentales y en la sensación de haber cambiado su vida, a raíz de su intervención en el evento adverso descrito.

El 62% del grupo presentó sensaciones físicas como: asco, náuseas al ver u oler carne u olores fuertes, trastornos digestivos, falta de apetito, alteraciones en el sueño y migraña. La mayoría (55%) de los afectados, las presentó de inmediato luego de su intervención en el incendio. Un 19% menciona que aún le afecta.



El 85% del grupo evaluado reporta haber sido afectado emocionalmente con sensaciones como tristeza, llanto, temores a peligros, a la soledad, más sentimentales, más susceptibles, irritables, intranquilos, sentimientos de inutilidad. De los afectados, la mayoría (68%) presentaron estas sensaciones de inmediato y a un porcentaje importante (27%), todavía les afecta. Los resultados nos estarían indicando mayor afectación en esta área y que requiere de atención inmediata.


El 73% del grupo evaluado reporta haber sido afectado en su Cognición con imágenes, pesadillas, ideas de peligro, recuerdo de olores, meditar acerca del sentido de la vida, dudar de la existencia de Dios e ideas de inutilidad. De los afectados, un 42% presentaron estas sensaciones de inmediato y a un porcentaje importante de ellos (32%), todavía les afecta. Los resultados nos indican que esta área está afectada, en la actualidad y que requiere de intervención inmediata.


Un 58% de la muestra reporta haber sido afectado en su comportamiento, por lo que evitan lugares congestionados, se preocupan y temen por su familia, tienen menor participación social, más apego a la familia, están más conflictivos e irritables con su familia y aumentó el consumo de tabaco. La mayoría de los afectados (46%), menciona que aún les afecta, situación que llama la atención y que debe de ser tomado en cuenta.


El 54% de los integrantes indican que su vida cambió luego del incendio, manifestando que se han vuelto más hogareños, con más apego a su familia, valorizan la vida, se han vuelto precavidos y protector con su familia, están bloqueados, grabados en el accidente, más solidarios, temen al fuego o a accidentes, son más vulnerables, ha cambiado su carácter. Un elevado porcentaje de los afectados (79%), señala que su vida aún está cambiando, aspecto que señala la necesidad de una intervención urgente en esta área.

En cuanto a la variable sexo de la muestra estudiada, se pude observar que las mujeres del equipo de primera respuesta fueron más afectadas que los hombres en los niveles: Emocional 89%, Cognitivo 78%, Comportamiento 78% y Físico 67%, luego de participar en el incidente de Mesa Redonda, pero lo superan más rápido. Los hombres afectados, indican que lo fueron en mayor medida en el nivel Cambio de vida con 59%, esto es, aún ahora perciben que su vida está cambiando, luego de su participación en el evento mencionado. En general, los hombres son menos afectados pero no logran una rápida recuperación.



Los resultados anteriores nos estarían confirmando la hipótesis de que el equipo fue afectado de una u otra forma en los niveles físico, emocional, cognitivo, comportamental y de cambio de vida, en forma inmediata y que un porcentaje importante todavía está afectado en la actualidad. Esto, a pesar de ser equipos de personas seleccionadas y capacitadas para estas labores. Es por ello prioritario, capacitar al personal de primera respuesta en técnicas y procedimientos psicológicos para prevenir y manejar las reacciones de estrés, ser asistido y orientado por psicólogos especialistas en emergencias y desastres, para realizar así su labor en forma más segura y eficiente, y no afectar su salud bio-psico-social.